Don't be Silly!

by Nyaar


Bulma acababa de terminar de recoger el laboratorio cuando fue a la cocina, dispuesta a preparar la cena. Cuando abrió la nevera, la encontró vacîa. Ayer tenía que haber ido a comprar, pero tras la última discusión que tuvo con sus padres, no le quedaban ganas de salir a la calle y mucho menos de ir de compras. Pero ahora, si quería tener algo que darle de comer a Vegeta, tendría que ir de compras. Así decidida subió a su cuarto y nada más llegar, sus ojos se posaron en una foto tomada hace tres meses escasos por su madre. Estaban ella y Yamcha abrazados en el jardín de la Capsule Corp.

Bulma la cogió de encima de la mesilla y se sentó en la cama, mirándola con los ojos llenos de lágrimas. Sólo hacía dos semanas que lo habían dejado y todavía recordaba los buenos momentos que habían pasado juntos.

Ahora todos los planes que ellos habían trazado, todo el futuro que habían planeado juntos, se había roto para siempre en mil pedazos. Con enfado, Bulma lanzó la fotografía contra la pared de su cuarto, haciendo añicos el cristal. Debía olvidarse de él, Yamcha nunca había sido para ella, nunca había estado con ella solamente, siempre había otra chica de por medio por lo menos. Bulma deseaba a alguien que sólo la quisiera a ella, que estuviera cuando le necesitara. Pero ella se hab�a enamorado de un hombre que no cumplía esos requisitos y por eso se veía obligada a dejarle. Si siguieran juntos, nunca sería feliz. Ahora que había acabado con Yamcha, quizás podría encontrar a otro hombre para sustituirle. En estas dos semanas, había comenzado a considerar a otra persona. Él había estado bastante considerado con ella tras su discusión con Yamcha, y eso era algo que nunca le había visto hacer con nadie. Además era un hombre guapo, y aunque no era excesivamente alto, tenía un cuerpo musculoso y bien proporcionado.


En la cámara de gravedad, Vegeta luchaba contra sus propias limitaciones para conseguir ser un Super Saiyajin como Kakarot y el chico aquel que había venido del futuro para advertirles del Jinzouningen. Era extraño ese muchacho, en cierto modo le parecía familiar, como si le conociera de algo...

Rugió en frustración. Aunque había sacado todo su poder, todavía no era suficiente para transformarle en un Super Saiyajin. En ese momento, alguien llamó a la puerta de la cámara "¿Quién es?" Dijo con enfado. "Creí que había dejado suficientemente claro que no me molestaran mientras entrenaba."

"Soy yo...Bulma. ¿Puedo entrar?" Dijo la mujer con voz débil.

Desde dentro de la cámara, Vegeta la escuchó y decidió abrir la puerta "Parece deprimida...¿Qué la pasará ahora?......Un momento! ¿Desde cuando me importan los problemas de esta hembra?" Pensó mientras bajaba la gravedad de la sala a una atmósfera.

"Tengo que ir a comprar ¿te importaría venir conmigo?"

"¿Y por qué no va ese Yamcha contigo? La verdad es que tengo cosas más importantes que hacer que ir a comprar" La contestó fríamente, fastidiado con la idea de tener que abandonar su entrenamiento por ir de compras.

Al oír la respuesta, Bulma bajó su cabeza "Está bien...ya lo he entendido...y-ya iré yo sola" Le dijo sollozando antes de salir corriendo de la cámara. La verdad es que ella se esperaba la respuesta de Vegeta, pero lo que nunca se imaginó fue que le nombrara a Yamcha sabiendo perfectamente que había roto con él hac�a dos semanas y que no se habían vuelto a ver desde entonces.

"Maldición!" Se dijo Vegeta a sí mismo antes de salir detrás de ella. Cuando la alcanzó, la llamó "Bulma..."

"¿QUÉ?" Le gritó ella sin darse la vuelta para mirarle

"¿Qué demonios he hecho para que te pongas así? ¿Es tan importante que vaya contigo a comprar?"

"Yamcha..." Fue lo único que le contestó

"¿Yamcha? ¿Y ese que tiene que ver con todo esto?"

"¿Que qué tiene que ver? ¿Todavía lo preguntas? ¿Es que no te acuerdas que nos peleamos, baka?"

"Huh... No me acordaba..."

"Pues a ver si te acuerdas para la próxima vez, lo nuestro se acabó y...y no quiero hablar más....de...eso..." Casi no pudo terminar la frase, se giró y abrazándose a él comenzó a llorar.

Vegeta mantenía sus brazos levantados a la altura del pecho, como si no supiera que hacer con ellos. Nunca le había pasado esto. Bulma había llorado mucho estas dos últimas semanas por lo de Yamcha, pero él nunca pudo imaginar que ella acabaría llorando encima de su hombro "¿Y qué demonios se supone que debo hacer?" Se preguntaba Vegeta mirando a la mujer. Ésta pronto le solucionó el problema "Abrázame fuerte...por favor..." Le pidió suplicante y sin dejar de llorar. Sin saber muy bien por qué hacia caso a una débil hembra que no significaba nada para él (¿o sí?), la estrechó entre sus brazos, dejando que llorara libremente sobre su camisa. Sin que ellos lo supieran, acababan de forjar un lazo entre los dos que con el tiempo acabaría haciéndose irrompible.

Al rato, Bulma, aunque ya había dejado de llorar, aún seguía abrazada a Vegeta "Nunca más volveré con ese baka, lo prometo... Gracias por lo que has hecho por mí... Cuando él venga, ¿podrás estar a mi lado? No sé si podré decírselo si estoy yo sola..."

El estómago de Vegeta contestó por él, dejándole completamente en evidencia "Eh, s�, claro..." Dijo avergonzado.

Mientras Bulma intentaba en vano contener la risa. Era la primera vez que se re�a en estas dos semanas. "Bien, ahora me iré a comprar... Espero que puedas aguantar dos horas más sin comer..." Dijo Bulma separándose de él con una sonrisa en la cara y girándose para marcharse. Lo habría hecho si Vegeta no la hubiera agarrado por la cintura.

"Vegeta, ¿qué..?" No pudo acabar la frase porque cuando se dio cuenta se encontraban sobrevolando la Capital del Oeste. Nunca nadie la había llevado volando por que quisiera. Ahora él lo estaba haciendo. La estaba enseñando una perspectiva de la ciudad que sólo había podido ver a través de un avión, y para qué mentirse, la gustaba mucho más volar así que en una carcasa metálica. Pero ¿por qué lo estaba haciendo? ¿Adónde la llevaba? Bulma le miró con ojos interrogantes y él respondió "¿No íbamos a ir a comprar?"

Bulma sonrió a su respuesta. Podía sentir que algo había cambiado entre ellos. Señaló un gran centro comercial y allî descendieron ante el asombro de todas las personas que estaban comprando.

Después de una hora de subir y bajar plantas por las escaleras mecánicas y de estar haciendo cola frente a la caja, por fin consiguieron terminar las compras. Al salir del edificio, estaban completamente enterrados en una montaña de bolsas y cajas de todos los tamaños "¿Cómo se supone que llevas esto normalmente?" Preguntó Vegeta asombrado ante tanta cantidad de compras "No creo que puedas llevarlo todo tú sola"

"Oh, tienes razón, para llevar las compras necesito esto" Dijo señalando a un enorme camión que había aparcado detrás de ellos. En un momento, cinco empleados del centro comercial habían cargado todas las bolsas y las cajas en el camión "Señorita Bulma, ¿lo llevamos a donde siempre?"

"Sí, gracias, llevadlo a donde siempre, muchachos. ¿Nos vamos?" Le preguntó a Vegeta. Éste se encogió de hombros y la agarró por la cintura una vez más. Ya era casi de noche y las luces de la ciudad ya estaban encendidas. Lentamente comenzaron a levitar sobre el asfalto y cuando estuvieron a varios metros del suelo, comenzaron a avanzar por el aire. Luego subieron unos metros más, de manera que la gente se convertía en pequeños puntitos que se movían y los coches en flases fugaces de luz bajo ellos. Cuando Bulma se dio cuenta, habían salido de la ciudad y atravesaban un valle cercano a ella. "¿Adónde vamos? Hace un rato que hemos pasado la ciudad..." Vegeta, en vez de contestar, aumentó la velocidad de vuelo, con lo que a ojos de Bulma los árboles eran manchas en el suelo. Después de unos minutos la contestó señalando unas montañas enfrente de ellos "Allí"

"¿Qué habrá en esas montañas?" Quiso saber Bulma en silencio mientras se agarraba mejor. Realmente, él tenía un cuerpo de impresión, fuerte y musculoso. Su pelo ondeaba por el viento, dándole un aspecto realmente imponente. Sintió su mano caliente cuando puso la suya encima de la de él. Miró en su cara, deseando saber qué es lo que tramaba hacer llevándola a esas montañas. En ella no encontró ninguna expresión, salvo la pequeña sonrisa que la dirigió al darse cuenta de su escrutinio.

"Ya hemos llegado" Anunció posándose en la cumbre de la montaña. Detrás de ella se abría el océano, que cubría todo el horizonte y sobre él, el sol caía, mezclando su color dorado con el plateado de las aguas. El cielo tenía un aura dorada alrededor del sol de poniente que hacía el espectáculo realmente bello.

"..............." Bulma contemplaba el espectáculo con la boca abierta, sin tener palabras para describir lo que estaban contemplando sus ojos. Se abrazó a él, y sin dejar de mirar al océano, muy bajo, casi en un susurro le dijo "Jamás nadie me había mostrado algo tan maravilloso en mi vida.... Gracias.... gracias por enseñármelo..."

Vegeta la miró a los ojos y apartó de su cara la suave melena morada que caía desde su frente hacia un lado y la bes�. Un impulso le inst� a hacerlo. No hab�a ningún porqué, ninguna explicación lógica que él pudiera encontrar para su comportamiento. Quizás la única explicacién fuese que deseaba hacerlo.

Después de unos momentos la alejó un poco de sí, esperando sentir el débil golpe que la mujer le iba a dar por su atrevimiento, pero ella no hizo nada aparte de ruborizarse como una chiquilla. Yamcha nunca la hab�a besado de esa manera y aunque sus besos siempre hab�an sido dulces no podían nada contra ese único beso que acababa de recibir de un hombre al que apenas sí conocía.

Los dos se quedaron unos instantes mirándose, sin nada que decirse hasta que Bulma tras desviar momentáneamente sus ojos al cielo comentó "El sol ya se ha ocultado... Deberíamos volver a casa..."

Vegeta asintió y ya la había cogido por la cintura cuando Bulma le detuvo "¿Podrías llevarme de otra manera? Preferiría ir agarrada a tu cuello..." Él volvió a asentir y subió la mano que tenía en sus caderas por su espalda haciéndola sentir un escalofrío de placer. La cogió por la espalda, por debajo de los hombros y con un pequeño impulso la levantó, poniendo la otra mano bajo sus piernas. Ella puso sus brazos alrededor de su cuello y descansó la cabeza sobre su pecho, que se movía rítmicamente con su respiración. Lentamente despegaron del suelo. Mientras volaban, ella podía tocar sus poderosos pectorales con la mano que había introducido en su camisa y podía sentir cómo su respiración se aceleraba mientras le acariciaba la espalda con la otra mano.

"Por favor, ¿podr�as ir un poco más despacio? Me gustaría poder ver las estrellas desde aquí" Él no contestó pero redujo la velocidad. La mujer se lo agradeció con una nueva caricia dentro de su camisa. Bajo su mano, ella sintió cómo sus músculos se tensaron al pasar su mano por encima, como si le hubiera hecho daño. Bulma levantó sus ojos hacia él, interrogante. Él se limitó a decir "entrenamiento", pero eso la bastó para comprender. Debía de haberse hecho daño en su último entrenamiento. La verdad es que no la sorprendía nada después de las palizas que se daba dentro de la cámara de gravedad. Ella volvió a pasar su mano por ahí, esta vez muy despacio y con cuidado "Mejor, ¿mmh?"

Él cerró los ojos y espiró profundamente, dejando que su cuerpo se relajara bajo sus caricias. Mientras, seguían volando lentamente bajo el cielo estrellado.

"Mira esa estrella... qué bonita es..."

Abrió los ojos y miró la estrella que ella le señalaba "Es Betelgeuse, de la constelación de Orión"

"¿De veras?" Preguntó la mujer. Él asintió

"Es realmente bella...¿verdad?" Él volvió a asentir y entre los dos fueron descubriendo constelaciones hasta que llegaron a la Capsule Corp. Una vez allí, comenzó a bajar hasta que sintió la tierra bajo sus pies. Entonces bajó a Bulma al suelo lentamente. "Gracias de nuevo por todo esto" Le dijo corriendo los dedos por su cara "Ahora voy ha hacer la cena, los muchachos del camión deben haberlo dejado todo dentro como les orden�. Cuando termine te aviso. Ah! Luego, después de cenar, me dices si te duele en algún otro sitio, que yo intentaré remediarlo ¿mmmh?" Le invitó giñándole un ojo mientras entraba en la casa. Vegeta se sonrió a sí mismo antes de comenzar a andar hacia la cámara de gravedad. Como Bulma tardaría un rato en tener la cena preparada, él aprovecharía para continuar el entrenamiento que había dejado a medias al irse a comprar. Un rato más tarde, cuando Bulma ya estaba terminando de preparar la cena, llamaron a la puerta. Se limpió las manos en un trapo de la cocina y fue a abrir. En la puerta encontró a un viejo conocido. Era Yamcha, que había vuelto para hablar con ella "Por favor, Bulma, �podemos salir ha hablar un momento al jard�n?"

Bulma, al ver la cara del que había sido su novio durante tanto tiempo, pensó que no tendría las fuerzas suficientes para decirle lo que sentía, pero hizo un acopio de valor y salió detrás de él. Comenzaron a pasear bajo la luz de la luna creciente por el jardín y se sentaron en un banco frente al estanque.

"Bulma, quiero que vuelvas conmigo. Te prometo que no volveré a irme con otra chica, lo juraré si hace falta, pero por favor Bulma, no me digas que no" Yamcha parecía realmente afligido. Su voz temblaba y agitaba sus manos nerviosamente. Bajo la luz de la luna, Bulma vio cómo las lágrimas recorrían la cara del joven.


En la cámara de gravedad, Vegeta intentaba por todos los medios realizar un ejercicio que no lograba que le saliera bien. "Cht. Es imposible. No estoy lo bastante concentrado ¿En qué infiernos estaré pensan...?" No siguió con la frase, ya que sus ojos se posaron en dos siluetas en el jardín que él podía distinguir con bastante claridad gracias a su vista super-entrenada "¿¿??" Abrió la boca cuando vio que Bulma le cogía las manos a Yamcha.

"Yamcha, por favor, no llores..." Le suplicó "No puedo verte llorar..." "¿Eso significa que volverás conmigo?" Dijo Yamcha con un destello de esperanza en sus ojos Bulma soltó sus manos y le abrazó "Oh, Yamcha, yo..." Susurró en su oído

Al ver esto, Vegeta apretó los dientes "Ese miserable bastardo..." Con furia, comenzó a entrenar más fuerte todavía que antes, llevando su resistencia al máximo "Muy bien, me está bien empleado por confiar en una hembra humana..." Pensó con furia mientras trataba de golpear su enemigo invisible. En medio de una complicada llave, su concentración se rompió debido al intenso dolor que le golpeó de repente en el lado derecho de su abdomen. Cayó al suelo jadeando y con los dientes apretados "Maldita sea!" Dijo mientras golpeaba el suelo con el puño, con tal fuerza que rompió varias baldosas.

Bulma se separó de Yamcha "Yamcha, yo... no puede ser... lo siento, es demasiado tarde... Te quise con toda mi alma, pero ahora ..."

"¿Pero ahora?"

"Ahora mi amor es para otro" Le contestó mirando hacia la cámara de gravedad.

"¿No será...?"

Bulma asintió "Sí, lo siento, pero me he enamorado de él"

"Pero Bulma, ese miserable no se merece una mujer tan buena como tú. Estoy seguro de que no serás feliz con él. Ese hombre nunca se preocupará por ti"

"Tú no le conoces, Yamcha..."

"¿Cómo que no le conozco? Te recuerdo que ese maldito bastardo me mató, a mí y a Ten-Shin-Han, a Chaoz y a Piccolo. Él vino a destruir la Tierra, y lo hubiera hecho no ser por Goku!"

"Pues yo te recuerdo a ti que cuando nos conocimos también trataste de matarnos! Además, él es el hombre al que amo y no permitiré que le sigas insultando!"

Hubo un silencio tenso entre los dos que duró unos instantes

"¿Estás segura de que es a él a quien quieres?"

Bulma asintió, con l�grimas en los ojos "Sé que es duro para ti, pero también lo es para mí. Por favor, Yamcha, entiéndelo..."

"Está bien, Bulma. Entonces ya no tengo nada que hacer aquí." Dijo levantándose "Pero te juro que si te pegara, si llegara ha hacerte algo, encontraría la manera de matarle, lo juro por mi honor de guerrero"

Bulma le sonrió débilmente y se levantó. Los dos quedaron enfrentados, mirándose a los ojos "De veras que lo siento, Yamcha"

"Si cambias de opinión, llámame ¿Vale?" Dijo mientras se suspendía en el aire. Bulma asintió y Yamcha se marchó volando.

La mujer entró en la casa y se quedó apoyada en la puerta cerrada. Le había sido tan difícil decírselo... Era una lástima que su relación haya acabado de esta manera tan brusca, pero todo había sido por su culpa. Si él no la hubiera engañado tantas y tantas veces quizás esto hubiera terminado de otra manera...

Agitó su cabeza para sacar fuera todos esos pensamientos y volvió a la cocina. Cuando Yamcha llamó a la puerta, la cena estaba casi lista. Ahora, en unos pocos minutos estaría preparada. Cuando lo tuvo todo a punto, salió fuera de la casa, en dirección a la cámara de gravedad. Una vez allí, se dio cuenta de que se estaba entrenando sin usar la máquina especial que aumentaba la gravedad, ya que la luz en la puerta era de color verde y no roja como cuando estaba activada. "La cena está lista" Le dijo a través de la puerta. Pasó un minuto y como no la contestaba resolvió abrir la puerta. La abrió sin esfuerzo y le vio en el preciso momento en el que lanzaba una patada al aire. Abrió la boca cuando vio que tenía la mano izquierda colocada en su lado derecho. Cuando la vio, inmediatamente paró de realizar el ejercicio

"Vaya, ¿Te sigue doliendo? Déjame que te vea..." Él apretó los dientes y le dio bruscamente la espalda a la mujer. Ando unos pasos, cogió su camisa del suelo y pasó por su lado sin ni siquiera mirarla. Salió de la cámara y comenzó a caminar hacia la Capsule Corp.

Bulma se había quedado parada en el sitio. No comprendía por qué se había puesto así con ella, pero, fuera por lo que fuera estaba decidida a averiguarlo. Salió de la cámara y se adentró en la casa. Allí vio que ya se había sentado en la mesa y que había empezado a comer sin esperarla, cosa que no solía hacer. Se sentó ella también y comenzó a cenar sin perderle de vista. Cinco minutos más tarde, Vegeta se levantó de la mesa y se fue a su cuarto. Bulma le miró extrañada. Había cenado muy poco en comparación con los demás d�as. Estaba preocupada ¿Qué le podría pasar? No era normal en él levantarse de la mesa sin acabarse la cena. Ella se acabó la manzana que estaba comiendo y se levantó también. Subió las escaleras hacia el piso de arriba y encontró la puerta de la habitación cerrada. Se acercó a ella y llamó suavemente "Vegeta, ¿puedo pasar?"

"No. Déjame tranquilo" La contestó con enfado "Vamos, ¿qué te ocurre? ¿Estás enfadado por algo?" Dijo Bulma abriendo la puerta (que por suerte no estaba cerrada con pestillo) y entrando en la habitación. Él estaba sentado en la cama, sólo llevaba los pantalones puestos. Su camisa estaba tirada de mala manera en la silla, de manera que una parte rozaba el suelo. Ella no recibió respuesta a sus preguntas, con lo que le volvió a preguntar "¿Es que acaso he hecho algo malo? ¿Quizás...?"

Sin dejarla terminar y con un rugido, Vegeta lanzó un puñetazo a la pared, dejando su puño incrustado en ella a escasos dos centímetros de la cara de Bulma. En un acto de autodefensa, Bulma agarró el objeto más cercano que tenía (una silla) y se la rompió en las costillas, dejándole casi sin respiración. Gimió de dolor ante el inesperado ataque de Bulma y apoyó una rodilla en el suelo, poniendo su mano donde ella había hecho añicos la silla. Bulma dejó caer al suelo los trozos que aún conservaba en sus manos y se tapó la boca con ellas. Nunca antes había golpeado a nadie de esa manera. ¡Incluso había roto la silla! Quizás se hubiera pasado un poco, pero su instinto la obligó a hacerlo.

Tras mirarle unos instantes, comprendió que ahora no podría hacerla nada, así que se agachó a su lado. Tenía los ojos cerrados y respiraba deprisa. "Lo siento...yo..." Le dijo muy bajo mientras ponía una mano en su espalda y la otra en su hombro. Él sacudió la cabeza "Ha sido culpa mía...me lo merezco, por imbécil" La contestó incorporándose. Se sentó en la cama y la mujer se sentó a su lado "¿Me contarás ahora por qué estás enfadado?"

Respiró profundamente y cerró los ojos de nuevo "Esta noche... Lo he visto todo..."

"¿Todo el qué?" Preguntó acercándose un poco más "Todo lo referente a vosotros dos...Aunque estabais lejos os vi perfectamente" En un principio, Bulma no sabía a qué se estaba refiriendo, pero tras unos momentos lo vio todo claro. Se apoyó en el hombro de Vegeta y comenzó a reírse ruidosamente

"¿Qué es tan condenadamente gracioso?" Dijo abriendo los ojos asombrado de la reacción de la mujer Bulma, en vez de contestar, le preguntó sin dejar de reírse "¿Por eso estabas enfadado?" Al ver que no la contestaba, continuó ella, ya más calmada " Yamcha vino a pedirme que volviera con él, pero yo le dije que lo nuestro se había acabado y que me había enamorado de otro hombre. Como vi que estaba llorando le abracé para consolarle, eso es todo"

"¿Eso es todo?"

"Vamos, no seas tonto, ¿por qué iba yo a volver con él ahora que...ahora que te tengo a ti? No estarías celoso, ¿verdad?" "¿Celoso yo? Vamos, ¿por quién me has tomado?" La contestó cruzando los brazos. Apretó los dientes al tocarse el golpe e inmediatamente descruzó los brazos. "A ver, déjame ver lo que te he hecho..." Dijo tocando con suavidad la zona. Vegeta colocó su mano derecha bajo el mentôn de la mujer y empujó suavemente hacia arriba. Ella le miró con asombro, levantando una ceja. Sintió cómo la acercaba hacia él y sintió también el segundo beso que la daba esa noche.


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